Lo mejor es tener varios objetivos financieros, con diferentes horizontes de tiempo. Se necesita entonces más de un producto de inversión para alcanzarlos.

Recuerde que se llama cartera al conjunto de instrumentos financieros que un inversor mantiene en un momento determinado: acciones, bonos, fondos de inversión, depósitos bancarios, plan de pensiones, etc.

Así, puede usted tener unos títulos de mayor riesgo, otros más seguros pero con menos rentabilidad, unos a corto plazo, otros a medio y otros a largo. Lo importante es que el conjunto de la cartera corresponda a su perfil de inversión y le permita ir atendiendo sus necesidades a medida que estas se presentan.

Para reducir el riesgo asumido y lograr el conjunto de sus objetivos, es recomendable diversificar: Con diferentes categorías de activos, con diferentes títulos, y con diferentes sectores.